Resumen de la Parashá Matot:Moshé enunció los estatutos referentes a los votos hechos a D's: cualquier persona que hiciera una promesa al Señor, estaba obligada a cumplirla. Sin embargo, esta regla general era restringida en los casos de una promesa hecha por una mujer bajo la jurisdicción del padre o del esposo. Así, una joven soltera que vivía en la casa del padre, o una mujer casada, no estaba obligada a cumplir su promesa si el padre o el esposo (según fuera el caso), la desaprobaba.
Tal como había sido planificado, el ejército israelita ataca a Midián. Durante la batalla, matan a Balaam y a cinco reyes midianitas. Israel logra una victoria total, y obtiene un enorme botín.
Las tribus de Reuvén y Gad, como eran poseedoras de grandes rebaños de ganado, piden permiso para establecerse en la tierra de pasturas de Guilad, al este del Jordán. Al principio Moshé desaprueba el plan, temiendo que desmotiven a las demás tribus . Sin embargo, cuando los reuvenitas y gaditas explicaron que tenían la intención de cruzar el Jordán y luchar junto con el resto de los israelitas mientras sus familias permanecían en Guilad, Moshé cambia de opinión y encarga a Iehoshúa que se asegure de que esa promesa será cumplida. De otro modo, estas tribus perderían el derecho a todo reclamo sobre su asentamiento en Guilad.
Resumen de la Parashá Masei: Se da un registro completo del itinerario de los israelitas durante su estadía en el desierto (en total, acamparon en 42 lugares distintos.)
El Señor ordena que, una vez en Canaán, la tierra debía ser distribuida por lotes, en proporción a la cantidad de miembros de cada tribu. A los leviím les serían otorgadas 48 ciudades a ambos lados del Jordán.
D's también indica que 6 ciudades serían instituidas como "ciudades de refugio". Su objetivo era servir como asilo para cualquier persona que hubiera matado a otra accidentalmente, permitiéndole así escapar de la acción vengadora de los parientes del muerto. Pero el que cometía un asesinato premeditado debía ser ejecutado.
Ciertos jefes de la tribu de Menashé le hicieron a Moshé una consulta relativa a las mujeres que heredaban las tierras de sus padres, tales como las hijas de Tz´lofjad. El dilema era que, si ellas se casaban con miembros de otras tribus, sus propiedades se perderían para su tribu original y pasarían a las de sus maridos. El problema fue resuelto con la decisión de que las mujeres herederas debían casarse con hombres de su misma tribu.
Comentario: Los párrafos bíblicos de Matot y Masei generalmente son leídos juntos. Y en realidad, en ambos se habla acerca de la entrada a la Tierra Prometida: en el final de la Parashá Matot se relata sobre el pedido de los hijos de Reuvén, Gad y de la mitad de Menashé, de tomar posesión de la margen oriental del río Jordán, y sobre el proceso de conquista de la zona y la radicación en la misma. Parashá Masei comienza enumerando las 42 paradas del pueblo de Israel durante su viaje por el desierto.
La conquista de la margen oriental del río Jordán a manos de las tribus de Reuvén, Gad y la mitad de Menashé, fue en la práctica un símil de comienzo de ingreso a la Tierra de Israel. A continuación, en Parsahá Masei, nos aprestamos a la etapa de la entrada a la margen occidental, a la Tierra de Israel propiamente dicha.
Siendo que la Palabra de D´s es eterna, hay en todos estos sucesos un sentido eterno aplicable para todas las generaciones. Se explica en las enseñanzas jasídicas que, a pesar de que el éxodo de Egipto tuvo lugar en sólo viaje, sin embargo la Torá dice: "los viajes de los hijos de Israel que salieron de Egipto", los viajes, en plural, puesto que el proceso de liberación de "Egipto"- Mitzraim- no es un hecho de una vez, sino que es algo que continúa en cada generación, hasta ingresar a la verdadera y completa redención a manos del Mashiaj.
Además, aprendemos de Parashá Masei que todos los viajes son parte del viaje hacia la redención mesiánica, puesto que en su dimensión interna también los descensos de la travesía son parte integral del ascenso.
Cuando nos encontremos en las "llanuras de Moav", no nos dejemos impresionar por las múltiples pruebas y obstáculos, ni caigamos en el desánimo; por el contrario, fortalezcámonos con mayor intensidad y vigor, a partir de la firme convicción de que justamente en ese momento florecerá la más grande y extraordinaria elevación: la verdadera y completa redención a manos del Mashiaj.
¡Shabat Shalom!