Resumen de la parashá: Se da un registro completo del itinerario de los israelitas durante su estadía en el desierto (en total, acamparon en 42 lugares distintos.)
El Señor ordena que, una vez en Canaán, la tierra debía ser distribuida por lotes, en proporción a la cantidad de miembros de cada tribu. A los leviím les serían otorgadas 48 ciudades a ambos lados del Jordán.
D's también indica que 6 ciudades serían instituidas como "ciudades de refugio". Su objetivo era servir como asilo para cualquier persona que hubiera matado a otra acciden-talmente, permitiéndole así escapar de la acción vengadora de los parientes del muerto. Pero el que cometía un asesinato premeditado debía ser ejecutado.
Ciertos jefes de la tribu de Menashé le hicieron a Moshé una consulta relativa a las mujeres que heredaban las tierras de sus padres, tales como las hijas de Tz´lofjad. El dilema era que, si ellas se casaban con miembros de otras tribus, sus propiedades se perderían para su tribu original y pasarían a las de sus maridos. El problema fue resuelto con la decisión de que las mujeres herederas debían casarse con hombres de su misma tribu.
Comentario: Como seres humanos, estamos siempre recorriendo un sendero, tratando de encontrar un lugar al que podamos llamar "nuestro".
A veces caminamos seguros, otras veces nos movemos con dificultad. Hay veces en que marchamos con la frente en alto, completamente seguros del destino al que nos dirigimos; otras veces, vagamos desorientados, esperando desesperadamente alguna señal que nos anime a seguir.
Hay instancias en nuestras vidas que pueden ser consideradas hitos: finalizar una carrera, iniciar una familia, obtener el empleo soñado, materializar algún proyecto largamente deseado... A pesar que la consecución de las metas nos genera satisfacción, pronto descubrimos que siempre hay nuevos caminos por explorar, experiencias inesperadas acechando en la vuelta de la esquina. En definitiva, nuestras vidas no son mas que un entramado de viajes continuos, efímeros, inconclusos y no siempre satisfactorios.
La Parashá Masei comienza enumerando las 42 paradas del pueblo de Israel durante su viaje por el desierto. A pesar de que el éxodo de Egipto tuvo lugar en sólo viaje, sin embargo la Torá dice: "los viajes de los hijos de Israel que salieron de Egipto", los viajes, en plural.
¿Por qué "viajes" y no "viaje"? Los Sabios dicen que el proceso de liberación de "Egipto"- Mitzraim- no es un hecho de una vez, sino que es algo que continúa en cada generación, hasta ingresar a la verdadera y completa redención a manos del Mashiaj.
En otro sentido, el momento en que decidimos liberarnos y dejar atrás todo aquello que nos esclaviza y nos impide crecer como seres humanos, no es un evento único e irrepetible. Muy por el contrario, es un proceso continuo, que durará mientras tengamos aliento.
Así como el peregrinar de Israel en el desierto solo tenía sentido por tener un objetivo y una guía claros, el entramado de viajes que constituye nuestra vida no tendrá sentido alguno si no tomamos como guía a Aquel gracias el cual respiramos, nos movemos y somos.
En suma, Parashá Masei nos enseña que todos los viajes son parte del gran viaje hacia la redención mesiánica. A pesar de los obstáculos y las amenazas que encontremos en nuestros viajes no debemos olvidar algo: los descensos de las travesías son parte integral del ascenso. Entonces, cuando nos encontremos en las llanuras de la incertidumbre, no nos debemos desesperar. Por el contrario: es el momento en que debemos fortalecernos con mayor intensidad y vigor, teniendo presente de que justamente en ese momento (el momento en que todo parece más sombrío) está a punto de suceder la más grande y extraordinaria elevación: la verdadera y completa redención a manos del Mashiaj.
¡Shabat Shalom!!!