Resumen: D's manda a Noaj, la única persona justa en un mundo consumido por la violencia y la corrupción, a construir una teivá ("Arca"), recubierta de brea en su interior y exterior. Un gran diluvio, dice D's, eliminará toda vida de la faz de la tierra; pero el arca flotará en el agua, resguardando a Noaj y a su familia, junto a dos miembros (macho y hembra) de cada especie animal.
Lluvia cae por 40 días y noches, y las aguas fluyen por 150 días más antes de comenzar a retroceder. El arca se reposa sobre el Monte Ararat, y desde su ventana, Noaj envía un cuervo, y luego una serie de palomas, "para ver si las aguas se fueron de la faz de la tierra". Cuando la tierra se secó completamente, exactamente un año solar (365 días) luego del comienzo del Diluvio, D's manda a Noaj a salir de la Teivá y re-poblar la tierra.
Noaj construye un altar y ofrece sacrificios al Señor. D´s jura nunca más destruir toda la humanidad por causa de sus acciones, y establece al arco iris como testimonio de Su nuevo pacto con el hombre. Además, instruye a Noaj sobre la santidad de la vida; el asesinato es un crimen de pena capital, y, si bien el hombre tiene permitido comer carne de animales, tiene prohibido comer carne o beber sangre tomadas de un animal vivo.
Noaj planta un viñedo y se embriaga con su producto. Dos de sus hijos, Shem y Iafet, son bendecidos por cubrir la desnudez de su padre, mientras que su tercer hijo, Jam, es maldecido por faltarle el respeto.
Los descendientes de Noaj quedan como un solo pueblo, con un lenguaje y una cultura comunes por diez generaciones. Luego desafían a su Creador al construir una gran torre que simboliza su invencibilidad; D's confunde su lenguaje de manera que "uno no comprenda la lengua del otro", causando que abandonen su proyecto y se dispersen por la tierra.
La parashá concluye con la cronología de las diez generaciones desde Noaj hasta Avram (luego Avraham), y sus viajes desde su lugar de nacimiento en Ur Casdím a Jarán, en camino hacia la Tierra de Canaan
Comentario: Nóaj se paró firme y noble en medio de un mundo que desconsideraba a D's y que consentía a todo tipo de disipación extravagante, que llevaba a crímenes y violencia de todo tipo. Nóaj, fiel defensor de la justicia le proclamó a su generación valiente y resueltamente que un diluvio inundaría el mundo por causa de la incomparable maldad de las personas. Él les advirtió a esa generación que se arrepintieran, creyeran el mensaje de advertencia y que buscaran refugio en el arca.
¡Qué espectáculo para el mundo verlo a Nóaj conectado con D's, mostrando un contraste con el mundo a través de su obediencia! Los números no estaban a favor del bien. El mundo estaba dispuesto en orden de batalla contra la justicia y las leyes de Dios. Hombres de ciencia y filósofos usaban sus talentos y capacidades para oponerse al mensaje de Di's.
Cuando Satán tentó a Javá a desobedecer a Di's, le dijo: "No es cierto. No van a morir". Grandes personalidades, hombres y mujeres del mundo, respetadas e inteligentes repiten la misma historia. Dicen "No es cierto. No van a morir", y que las amenazas de D's solamente son para intimidar, y nunca se van a confirmar. "No necesitan alarmarse. Nunca pasará que el mundo sea destruido por el D's que lo hizo y que castigue a los seres que él ha hecho. Estén tranquilos, no teman. Nóaj está loco. Es un fanático revirado".
¡Qué simple y confiada —como de un niño— era la fe de Nóaj en medio de la incredulidad del mundo! Su fe era la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve (Heb. 11:1). Su fe llegó a la perfección por sus obras (Sant. 2:22). Él le dio al mundo un ejemplo de lo que es creer exactamente lo que había dicho D's. Él comenzó, bajo la dirección de D's, a construir el arca: un barco inmenso en tierra seca. De todos lados llegaban multitudes para ver esta cosa tan extraña que era el arca, y para escuchar las sinceras y fervientes palabras de esta persona tan singular que parecía que creía cada palabra que decía. Su mensaje era para él una realidad. Sus palabras eran acompañadas con poder, porque era la voz de Di's para los hombres por medio de su siervo.
¿No es un ejemplo digno de imitar la sinceridad de Nóaj? Pidámosle a HaShem con esa misma fe que nos guíe a decirle al mundo lo que Él quiere que digamos.
Autor: E.K. (Buenos Aires, Argentina)